La mejor opción posible para tomarse un respiro de las hamburguesas y las ribs y probar unas buenas pastas en Las Vegas. Escondido por el Venetian (no creo que pueda encontrarlo en menos de 20' de dar vueltas), no tiene demasiadas sillas, pero lo vale.
Me pedí un 'farfalle' (quiero decir trenzas o raviolones pero no quiero versear) con salmón, arvejas y salsa de vodka que es una locura. Los platos llenan mucho, incluso los que no parecen tan abundantes. Los linguini mare nostrum tambien eran otra bomba.
Los postres muy buenos, aunque había poca selección, y también tenían varios cócteles de postre (el chocolate martini destaca).
La atención es normal, tal vez un poco más acelerada de lo usual. Si bien siempre se estila entregar la cuenta rápido, en este restaurant parecían más apurados todavía.
Los precios son un poco más elevados que los demás restaurantes de los casinos, pero no demasiado. Siempre se puede recurrir a los tickets de descuento, y la verdad que Casanova lo vale.