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| - No he tenido el placer de visitar Nicaragua, pero ya me identifiqué con sus sabores.
Las reseñas y fotos de este lugar nos atrajeron como abejas a lo dulce. Hicimos parada un fin de semana que estábamos con antojo de algo latino. Desde que nos sentamos mi estómago comenzó a reaccionar ante el olor de los platillos de otros comenzales, mi acompañante a su vez, se alegró de ver que eran espléndidos con las porciones.
Pedimos un ceviche para comenzar. Me encantó que vino acompañado de crujientes rebanadas de plátano frito (quería pedir una bolsa para llevar con salsa valentina!!!), y salsa con mucha cebolla para mi gusto. El ceviche estuvo de re chupete: simple, fresco, y fácil de picar; llevaba pimiento, cebolla morada, jitomate, y limón.
El churrasco término medio rojo es ampliamente recomendado por su servidora. La calidad de la carne era evidente, brillaba de lo jugoso y rico que estaba. Dicho filete fue acompañado con una papa al horno altamente cremosa, adoré la textura y el sabor, ha sido de las mejores papas que he probado. Los vegetales estaban perfectamente al dente, y el chimichurri fué un complemento ideal para el platillo en su conjunto.
El plato vegetariano podría mejorarse. Como que usaron elementos muy simples y disgregados. No niego que cada producto tuviera calidad y sabor casero, pero un sope/chalupa solo con frijoles, queso fresco en rebanadas, una porción de bananas cremosas, la suculenta papa, y la micha de aguacate carecío de imaginación y unidad.
Sin duda regreso, el servicio fue bueno, el espacio es cómodo, y su sangría tuvo el punch exacto para plasmar en mi mente que el lugarcito está muy agusto.
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