Bastante lleno para un domingo a la noche pero no hay muchos lugares abiertos a esta hora. Atención rápida y correcta. Nos sentaron en la mesa larga y lamentablemente podíamos escuchar las conversaciones de al lado, pero no fue tan terrible. La música estaba un poco fuerte para mi gusto.
Pedimos una burguer végé con papas fritas y una quesadilla de queso con fritas y cerveza . A las 22 nos avisaron que cerraba la cocina, así que hay que ir antes de ese horario.